Gracias, muchas gracias, a todos los que me enviaron mensajes de felicitación por Pascuas y Año Nuevo.
Yo les deseo, y me deseo, lo mejor para este año 2013. Y espero que esos visionarios que ven en el cielo otras estrellas, ninguna de las cuales es la de Belén, no encuentren raros indicios en el número 13 de este año.
A esta hora que escribo, parece que ya no caeremos en el Precipicio Fiscal. Y esa es ya una buena cosa, o mejor dicho, una media buena cosa. Faltarán otras muchas medias cosas buenas, para que podamos aspirar el aire entusiasmados.
Yo deseo, que una revuelta en Irán saque del poder a Amadineyah y a los ayatolas que niegan el Olocausto Judío. Y que el nuevo gobernante declare que no es verdad que ellos aspiran a borrar del mapa a Israel. Así... evitaremos una guerra que está ya casi programada para antes que comience el verano de este año.
En el pequeño país de Pedro Henriquez Ureña y Juan Marichal, de donde también procedo yo, deseo que el actual Presidente y su Fiscal General, en quienes, alguna gente bienintencionada, ha creido ver aquello que Martí anunciaba como "una estrella en la frente", no defrauden ésta que, ya parece ser, en el suelo que Pedro Mir mencionó como país agredido, la última esperanza.
Un abrazo, Tiberio
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