Besedas, a unos cuantos días de viaje a caballo desde Ávila. Su padre, su hermana, y su cuñado, traen a Teresa a ver a la famosa curandera de Besedas (por cierto, ésta no es una bruja sino una gran creyente en los efectos curativos de las yerbas). El padre, en diálogo con un pariente, dice que los médicos de Ávila no han encontrado cura para el malestar deTeresa (creo que aquí no lo dicen ni el biógrafo de la de Ávila ni el libretista de la película que veo, pero yo recuerdo que, en Pimentel, algún creyente en los curanderos solía decir: hay enfermedades que los médicos no curan). Bueno, pues la famosa curandera tampoco. Le ha dado unos brevages que, al menos, la han hecho vomitar y le ha recomendado que haga paseos y se distraiga. Y eso hacen Teresa y Juana monja también del Convento de La Encarnación, que acompaña y cuida de Teresa.
Se distraen en un bello parque con grandes árboles, a las afueras del poblado y en su pequeña plaza. Allí se han enterado de lo del cura, que ya anda hasta en coplas. Que desde hace un tiempo lo tiene como embrujado una guapa del lugar. Y que hasta le tiene puesto al cuello un echizo. Se han enterado. Pero Teresa va a confesarse con él. No es muy dificil imaginarse como eran ya para ese tiempo las confesiones de Teresa. Pienso que eran mas bien un modo de descargar emociones y sentimientos, en esa línea de pureza y ardor espiritual de la que luego fue la gran mística española.
Intrigado, el cura le ha preguntado: ¿Qué edad tiene Su Señoría? Ella le contesta: 24 años. El le dice: pues vuela muy alto Su Señoría.
Juana no quiere que ella vuelva a confesarse con ese cura. Pero Teresa vuelve. El director del filme no me dice, ni me suguiere al menos, si ya para entonces, Teresa piensa que ha puesto un huevo de pureza, fe y esperanza en el alma emputecida del curita.
Eso parece, pues la próxima vez, cuando Teresa ha completado su descarga. Tras una larga pausa del cura, ella le dice: ¿No me da la absolución? ¿Es tan grande mi pecado? No, el mío, dice el cura. Sale del confesionario y se arrodilla a los pies de Teresa. Y le confiesa que lleva años en vida pecaminosa con una mujer. Teresa le dice que ya conocia la historia, que vuelva a su sitio y le de la absolucion. Esto finalmente hace el cura.
En esta serie sobre la vida de Santa Teresa de Jesús, que puede verse en Youtube.com, este capítulo termina así:
Dias después, Teresa y Juana están en el parque. Y aparece, muy sobresaltado el cura. Se abre en el pecho la sotana y la camisa, y se desprende de un cordón o una cadena el famoso hechizo. Se lo entrega a Teresa y se marcha. Teresa toma el hechizo y lo arroja a un lago cercano.
Un abrazo, Tiberio
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