Estamos sobrepoblados, llenos de ruidos, supercomunicados, supernoticiados, y no obstante, generalmente viviendo en una gran soledad. Y algunos en unos grandes miedos. Y esto no lo digo porque yo vivo entre viejos. Viudos, divorciados. Algunos un poco olvidados de los hijos, alguno sin hijos. No, lo digo tambien por muchísima otra gente de la que tengo noticias. Claro, siempre hay excepciones.
Y no estoy ahora, precisamente añorando mis dias campestres a la sombra de un arbol, oyendo sólo el ruido de la brisa entre las ramas y el canto de las aves. NO.
No me entretiene ese pensamiento. Pero, por supuesto es una referencia de cómo han cambiado los tiempos. De cuánta disciplina se necesita ahora para acomodarse uno a la cambiante realidad presente. Dsciplina necesaria para uno defenderse de los enemigos de afuera, y de los enemigos de adentro.
En este momento me rompo la cabeza para encontrar una lógica salida a esta encrucijada: cómo evitar que las letales armas que construimos y vendemos y que muchos tienen en sus casas al amparo de las leyes ( las respetables leyes de esta gran nación) caigan en manos de algún loco.
Aquí, vas a ver, amigo, tan preocupado como yo por estas tragedias de locos y armas letales, que ya no bastará que los padres de familia vigilen las rarezas de sus hijos. Sino que también tú tendrás que vigilar las rarezas de los hijos de tus vecinos. Y esto por tu seguridad y la de tus hijos.
Y, otra cosa. El muchacho raro, al psicólogo. Y el psicólogo en contacto con la policía. Y tendremos que vadear todos esos papeles, asuntos de privacidad que suelo firmar en las consultas de algunos médicos. Y todo sea por la seguridad.
Pero yo tengo derecho de tener un arma en mi casa. Sí, y tambien esta arma debe estar debidamente registrada. Y, se supone que para comprarla yo he tenido que presentar un certificado de un Psiquiatra que dice que yo no soy un loco, ni un ciudadano violento. Esto supongo que es un requisito que se exige en muchos Estados de la Unión ( sin que usted lo dude, los que fabrican y venden esas armas son contrarios a todo reparo al desarrollo de sus negocios).
Pero, si en mi casa viven otras personas. Todas ellas deben pasar por el psiquiatra. Y si algún otro viene a vivir conmigo, yo tengo que comunicar ese dato a la policía.
Aquí tengo que agregar que la policía debe aumentar en mucho las detenciones y registros que a veces hacen a vehiculos donde viajan personas sospechosas de no ser muy "legales". Y detener a toda persona con un arma sin el permiso correspondiente. Aquí pediría yo que olvidemos aquello del "perfil racial" que con frecuencia ata las manos de la policía, y que los jueces sean severos con estos delincuentes.
Un abrazo, Tiberio
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